7.4.19

I like

Me gusta la gente de extenso léxico. Quien se preocupa de encontrar la palabra adecuada para la compleja idea que tiene en su cabeza. A quien no le vale con aproximar. Quien no se contenta con la pérdida de precisión. Cuanto más se preocupa alguien por encontrar la palabra exacta, más complejas y elaboradas siento que son sus ideas. Más profundos y desarrollados siento que son sus pensamientos.

Me gusta la gente de cáliz impaciente. Quien siente que no hay tiempo que perder, quien lo quiere y lo quiere ya. A quien no le hace falta un elaborado plan para empezar las cosas. Quien pega el pistoletazo de salida antes de saber dónde acaba la carrera. Adoro al espontáneo. Y, si algo sale mal, que salga mal, pero que salga.

Me gusta la gente amable y desenfadada. Quien no se toma las cosas demasiado en serio, porque en el fondo entiende que las cosas sólo tienen la importancia que uno quiera darles. Y cuando entiendes eso, aprecio a quien decide que estar enfadado no es mejor que estar contento. Hay quien decide que ser desenfadado significa no tener carácter o ningún interés por ser respetado; a mí me parece que es señal de una gran inteligencia emocional.

Me gusta la gente de audacia creativa. Quien decide que lo convencional es sólo aquello que la mayoría de la gente adopta, pero no por ello lo que todos deben adoptar. Quien empuja los límites que otros consideran inamovibles. Quien entiende que en el plano de lo artístico no hay nada más válido que otra cosa. Me produce una indescriptible sensación de satisfacción ver que alguien ha entendido algo que nadie explica. Pese a lo contraintuitivo del asunto, la gente creativa se me antoja de gran capacidad de inocente pensamiento crítico.